Morro de São Paulo





El mundo comienza  y termina en la calle principal de la isla, de ella se desprenden senderos cuesta arriba o filamentos de arena que dan al mar.

Se habla fuerte y rápido.

Sólo un viajero avezado puede descifrar la bulla de los puestos de feria en el esplendor de la mañana.


Junto a la escalera de la iglesia una hilera de hombres fornidos esperan con sus carretillas que alguien le ceda sus valijas. 

Al costado del platón se lee con pintura blanca la palabra “taxi”.

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