Nace
el tejido como el mundo
contando
los hilos
con
tres hebras se forma el diseño
redondo
como el tacurú
día
y noche
la
aguja y el lino
cerca
del farol
Las
más jóvenes
calzan el ojo en el ojo
con mirada fuerte
pero Kuñakarai tiene
el
don de la vista en los dedos
Van luego al mercado sonrientes
a
trocar el ñandutí
sus
finísimas tramas perladas
son
caza y alimento
y
los hombres tocan el ala del sombrero
en
señal de saludo
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