Invocación
Quiero la levedad
tu signo iridiscente
ese instante en que cuelga
el mundo
de tu cinturón de seda
bajo la hoja del ingá.
Después todo será un soplo
el carbón encendido que el ángel
deposite en mi boca
mi boca concebida para cantar
el agua de los muertos
quiero tus alas blancas, Mariposa
tus antenas sensitivas
el don del equilibrio
la luz que viene del otro lado del mundo
a mi ventana.
En el muro de ladrillo donde crecía el musgo
en la estatua de la fuente, en su reino brillante
de rocío
voy a encender un fuego.
***
Como los azahares que caen
para ver formarse el fruto
como la semilla alada del fresno que aguarda
la hora de partir
tener un cuerpo
ya no significa existir bajo una forma
***
¿Y qué desea el jazmín?
Donar ese instante ebrio de perfume
que nos devuelve a otros veranos
-a mesas donde escanciábamos el vino y la poesía
y permanecíamos despiertos junto al susurro secreto de los grillos-.
Quiero salir al jardín
ser una flor abierta brillante de rocío.
***
El agua estancada se pone en movimiento
y las ranas vuelven a desovar en la sombra
sus largos collares de turmalina.
Lenta
la sangre despierta del letargo
y desea.
***
La Casa es una sola
rana, brote, mano, mariposa
el nombre del mal es muchas veces la causa de ese daño *
abran las casas
respiren.
*Rilke en Cartas a un joven poeta
de La oruga (La Ballesta Magnífica, 2022)
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