la revolución vegetal






Miles de camalotes, lentejas y repollitos de agua vienen bajando el río desde la inundación del litoral al puerto de Buenos Aires.
No están solos. Tejen una alfombra compacta que invita arañas y culebras y ahuyenta a los turistas.
Denuncia muda, resistencia.
Marchan lento pero no se detienen. Obligan a las embarcaciones a aminorar el paso, nos encandilan en los muelles donde florecen en azules ramilletes.
Si el verde sigue tapizando el delta habrá que apagar los motores.
Tal vez el silencio ayude.
Tal vez sea un buen momento para preparar los remos

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