Sirvieron vino envenenado
con arsénico y azufre
fue en mil quinientos treinta y tres
con la complicidad de la iglesia y un traidor
intérprete del quechua
asi convidaron a los jefes
y apresaron a Atahualpa
ardió de boca en boca
la desgracia
corrieron los chasquis
una trenza negra
entre las manos
así fue la muerte:
nubes de tormenta
bajo el signo de la llama
una habitación de oro
a cambio de la vida
la ruina del mundo
había comenzado
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