Pájaro mecánico


 
Pájaro desplegable/ Gabriel Martino




Cuando la niña autómata sube a la lancha los pasajeros adhieren sus espaldas al asiento para evitar el golpe.
Ella sonríe desbocada y se desploma en su sitio de siempre a la derecha del timón.
No habla pero acepta galletas y caramelos que mastica con voracidad. Su hambre es de otro mundo.
No mira. Es un pájaro mecánico con los ojos muy abiertos fijados en la fronda.
Blindada por el chaleco salvavidas descansa la mariposa metálica que le permite volar.


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